Con qué frecuencia deberías ducharte realmente

Algunas personas consideran que ducharse por la mañana les refresca y les ayuda a empezar el día, mientras que otras prefieren ducharse por la noche para relajarse y desconectar. Otras prefieren evitar las duchas diarias porque causan sequedad. Investigamos para descubrir con qué frecuencia deberíamos limpiarnos y qué factores debemos tener en cuenta.

Si tienes la piel grasa, enjabonarse puede parecer la forma perfecta de que se vea más mate, pero en realidad funciona al revés. Los químicos dañinos del jabón pueden resecar la piel, provocando que las glándulas sebáceas produzcan aún más sebo, y tu rostro acabará luciendo aún más graso.

Si tienes la piel sensible y seca, o sufres de afecciones cutáneas como la psoriasis, ducharse más de una vez al día puede provocar inflamación y provocar aún más picazón. Algunos dermatólogos incluso recomiendan ducharse dos o tres veces por semana para evitar la irritación de la piel.

Ducharse a primera hora de la mañana y lavarse el pelo con tu champú favorito puede hacerte sentir limpia y te ayudará a peinarlo fácilmente. Sin embargo, lavarte el pelo a diario puede impedir que luzca lo mejor posible, especialmente si tienes el pelo rizado o con textura. Si tienes el pelo rizado, lavarte el pelo una vez a la semana es suficiente, ya que necesita sebo para mantener la hidratación.

Solo las personas con pelo fino necesitan lavarlo a diario, ya que el pelo liso y fino se cubre de sebo fácilmente y se ve graso mucho más rápido. Si vas al gimnasio a menudo, quizás quieras ducharte con más frecuencia. Ducharse justo después de entrenar puede ayudar a que tus músculos se recuperen más fácilmente, prevenir el acné e incluso fortalecer tu sistema inmunitario. Lo mismo ocurre con quienes trabajan al aire libre o están expuestos a productos químicos fuertes; obviamente, se beneficiarán de duchas diarias.

Cuando hace calor, es natural que sientas la necesidad de enjuagarte el sudor todos los días, o incluso dos veces al día. Y con temperaturas más bajas, sudas menos, así que probablemente necesites ducharte con menos frecuencia. Tu piel podría sentirse especialmente seca y sensible en los meses de invierno, y ducharse a diario puede irritarla y provocar aún más sequedad.

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